SER ABOGADO INTEGRAL: UN RETO INHUMANAMENTE POSIBLE EN COLOMBIA

Frecuentemente, me vienen recuerdos de aquella época como estudiante de la facultad de derecho, sobre todo, de mis maestros. Abogados con las más altas calidades académicas y profesionales, eminencias en sus respectivas especialidades, producto de combinar la cátedra con el ejercicio de la profesión. 

En mi mente, todavía retumban las palabras de uno de mis profesores durante una clase nocturna “El abogado debe ser integral”.  Argumentó su afirmación bajo el entendido que, no podemos escudarnos en nuestra especialidad para justificar la ignorancia respecto de las otras ramas del derecho. 

Pero, ¿hasta qué punto se podrían dominar y/o ejercer distintas especialidades en Colombia? 

Si tenemos en cuenta que el derecho evoluciona constantemente y que estamos en un país saturado de normas y decisiones judiciales que modifican a diario nuestro ordenamiento jurídico, es técnicamente imposible que un abogado “se las sepa todas”.

Sin embargo, a partir de mi trayectoria laboral, he logrado experimentar el significado de “integralidad” al que hacía referencia mi maestro, esto es, entendiéndolo como la capacidad de resolver problemas jurídicos complejos en los que concurren distintas especialidades del derecho.

Cierto es aquel mandamiento que reza “Estudia - El derecho se transforma constantemente. Si no sigues sus pasos, serás cada día un poco menos abogado”.

Sin embargo, aunque reconozco que esto de “medírsele” a cualquier asunto resulta enriquecedor para quienes amamos el derecho, no puedo negar que es una práctica desgastante y esclavizante. 

Esto puede generar efectos negativos en nuestra salud, puesto que, al ser asuntos desconocidos y trabajar contra reloj, probablemente tendremos que dedicarle más tiempo, llevar tareas a casa, extendernos hasta altas horas de la madrugada y fines de semana, sacrificando el descanso y tiempo con nuestras familias. 

Esta situación es la que viven muchos servidores públicos. Están sobrecargados de trabajo y de problemas jurídicos complejos, viendo afectada su salud física y psicológica, escenarios en los que un “buen salario” de ningún modo justifica la pésima calidad de vida a la que se exponen.

En cuanto a los abogados independientes, el número de horas que dedican a estudiar y trabajar es una decisión autónoma, pero, me parece inteligente, enfocarse en áreas específicas y construirse como verdaderos expertos.

Si pudiera devolver el tiempo, elegiría la misma carrera, porque soy un apasionado del derecho, pero, debemos tener cuidado con la esclavitud moderna que nos roba el descanso y tiempo de calidad con nuestras familias, pues, ante todo, somos seres humanos.

Comentarios

  1. Excelente, interesante este analisis. De la vida cotidiana de un abogado, los retos, dificultades y demas peculiaridades del dia a dia.

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  2. Hola estimado colega. Muchísimas gracias por tu comentario. Me alegro que hayas logrado comprender el mensaje.

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